¿Os gustó la crónica que hizo Virginia de la primera parte del Museo de Traje? ¿os gustaría volver a leerla? ¿os la habéis perdido? Para que no tengáis que buscar, aquí está el link a la primera parte de la visita y en cada uno de los post que hagamos pondremos el listado con los link para que podáis leer la crónica entera. Ahora mismo están solo disponibles las dos primeras partes, pero iremos actualizándolo a medida que os vayamos contando más cositas: A mi (Cecilia) me tocó la parte del Romanticismo, pero antes de pasar del Majismo que os ha contado Virginia al Romanticismo, en el Museo hay una parte dedicada a la transmisión de la moda titulada... De la Tarasca a las revistas de moda![]() El modo actual más conocido de transmitir la moda son las publicaciones en formato revista que se dedican exclusivamente a ello y las primeras "revistas de moda" que existieron fueron las llamadas muñecas Pandora. Estas muñecas eran de madera y se decoraban con pintura a modo de maquillaje, al principio eran figurines de pocos centímetros que alcanzaron una estatura casi real. Desde el siglo XV era habitual el intercambio de estas muñecas entre todas las cortes europeas, las más famosas eran las que marcaban las tendencias de las coutières y sastres parisinos, con la intención de que fuera de Paris se pudieran reproducir los mismos modelos que estaban de actualidad en la capital francesa. Si bien al principio solo circulaban entre cortesanos, losestilistas parisinos comenzaron a enviar estas muñecas atiendas de todo el mundo, tenían tanto éxito que su llegada se vivía como si una supermodelo llegara a la ciudad.
En el museo del traje se puede consultar un multimedia en el que aparecen grabados de la procesión del Corpus de distintos años y la similitud de sus ropas con cuadros de la época, por ejemplo se puede ver la similitud entre la Tarasca de 1657 y las Meninas de Velázquez: Tanto las Pandora como la Gigantona de la Tarasca dejaron de ser transmisoras de moda cuando en la época del Romanticismo, en concreto a finales del siglo XVII, y gracias a los avances en la impresión de grabados a color, en Francia e Inglaterra aparecieron las primeras revistas de modaque en España no llegarían hasta principios del siglo XIX. La publicación española que merece destacarse de esta época es "El correo de la moda": El Romanticismo (1833 - 1868)Una vez que finaliza la pequeña pero importante sección anterior, entramos de lleno en El Romanticismo La época del romanticismo comprende desde el año 1833 al 1868, y en tan pocos años ocurrieron hitos importantes tanto en la historia de España como en la de la moda: El ideal romántico y las actividades económicas y políticas quedan reservadas a los hombres, las mujeres durante el romanticismo tiene otra misión, representar la fortuna de sus maridos, para lo cual han de lucir hermosas, frágiles y sensibles y como ayuda tienen la moda de esa época. La moda se utilizaba para diferenciarse, lo que se llevaba o lo que se hacía eran símbolos de distinción, así por ejemplo para diferenciarse de la clase trabajadora del campo, las mujeres de esta época llevaban corsés, polisones y faldas largas con las cuales era imposible que una mujer pudiera trabajar. ![]() Además eran elementos imprescindibles los sombreros, tipo capota, en contraposición con los pañuelos que portaban en la cabeza las mujeres que trabajaban labrando la tierra, por supuesto siempre guantes y sombrillas en cualquier época del años, para resguardarse bien del sol, ya que era obligada unapiel pálida en rostro, escote, hombros y manos, nuevamente para distinguirse a simple vista de las mujeres campesinas. A la izquierda se puede ver una vitrina con sombreros del Museo del Traje y abajo a la izquierda una con sombrillas
El traje de calle y el traje de sociedad La moda cambia de nuevo en esta época, los vestidos siguen siendo en realidad trajes de dos piezas, la falda se vuelve mucho más acampanada, gracias a un elemento tan imprescindible como incómodo, el miriñaque que es una estructura de aros metálicos que al colocarla bajo la falda da gran volumen a la misma. Respecto a la parte superior las prendas se ajustan al cuerpo cada vez más, marcando no solo el pecho como se llevaba hasta la época imperio inmediatamente anterior, sino que la prenda se ajusta lo máximo posible a la cintura, y además lo normal es que el cuerpo vaya armado con ballenas (el segundo vestido de los que figuran después de este texto va armado con ballenas). Es muy usual encontrarnos con que junto a los vestidos se llevan pelerinas, pese a que los trajes de calle no son escotados, como puede verse en el primer vestido de los que se muestran a continuación; en todos ellos se puede apreciar como las faldas van adquiriendo volúmenes considerables y el cuerpo se ajusta hasta la cintura. El segundo y tercer vestidos tienen motivos geométricos, en concreto cuadros, que se obtenían tiñendo tanto la trama como la urdimbre (contrahilo e hilo del tejido), algo característico de esta época. En los tres últimos se puede ver como están labrados con multitud de adornos ya que la mujer es la representación de la riqueza de su marido, los dos últimos tienes aplicaciones de pasamanería. Al llegar la hora de los bailes, teatros y cenas en las que se forjaban relaciones y alianzas matrimoniales, políticas y empresariales, la mujer nuevamente era la protagonista. Para estas ocasiones estaban reservados los trajes de sociedad. Estos trajes eran lujosos, muy escotados a diferencia de los de calle, dejaban ver completamente cuello, escote y hombros, y eran de telas ligeras, como rasos, muselinas, tules y encajes. Además estaban adornados con galones, flecos, plisados, pasacintas, tules,… Los grandes escotes que se lucían en el interior de los eventos se cubrían con capelinas a la salida y en las faldas se añadía junto al volumen, colas. En los dos cuerpos de las fotos podemos apreciar los generosos escotes, tanto por delante como en la espalda que se llevaban en los eventos de sociedad. Los tres vestidos llevan ballenas en el cuerpo, en la falda, el primero lleva polisón y el terceromiriñaque en la falda. En el último vestido la cola del vestido, la manga corta y el amplio escote indican que es un vestido de baile. De comprasOtra de las secciones que podemos encontrar dentro del espacio dedicado al Romanticismo en el Museo del Traje es el dedicado a los pasajes comerciales. Sin duda los precursores de los centros comerciales que conocemos hoy en día habría que buscarlos en las ágoras griegas, los foros romanos, los bazares o zocos árabes y las posteriores plazas públicas o mercados medievales europeos, pero el precedente más inmediato de los centros comerciales europeos son las galerías comerciales que surgen a partir del siglo XIX, en concreto surgen en 1820 en Milán o Paris y llegan a Madrid en 1830 y hacen que las ciudades se llenen de escaparates, imprimen carácter de vida urbana e introducen modelos de relación social y hacen que llegue un importante desarrollo comercial. En España concretamente fueron posibles gracias a las desamortizaciones de Mendizábal y de Madoz (1836 y 1855 respectivamente) que permitieron la liberalización del suelo urbano para inversores y empresarios burgueses. Las primeras galerías comerciales se caracterizan por lo siguiente: Galerías de esa época que se conservan actualmente son la Galería Vittorio Emanuele II de Milándonde hoy tienen tiendas marcas tan conocidas como Prada, Loewe o similares y en Paris podemos encontrar multitud de "passages" como el Passage Carnavalet o el Passage Vero Dodat, en Londres tenemos el Burlington Arcade. En Madrid las más conocidas fueron las siguientes: En el Museo del traje se puede ver una vitrina con varias sombrillas y otra con varias capotas, como si de escaparates de aquella época se tratase. Las sombrillas eran un must de la época, las más preciadas, las “marquesas”, como las dos primeras de la imagen posterior, y las de inspiración oriental. Las sombrillas marquesas se caracterizan porque tenían un mecanismo especial que permitía inclinar la cubierta para proteger del sol. Os dejamos aquí una selección de las sombrillas que hay expuestas en el Museo del Traje: Las capotas fueron también un complemento indispensable en el romanticismo como ya se ha mencionado, en la imagen inferior podemos ver varias capotas expuestas en el Museo del Traje: Luto y adornoDurante el Romanticismo había etiqueta para todo, incluido qué joyas vestir y cuando, en el Museo del traje podemos ver dos vitrinas con joyas, una con piezas elegantes de cara a ser lucidas por la noche, realizada con perlas, brillantes, diamantes y otras piedras preciosas y otra vitrina con joyas dedicadas al luto, realizadas en azabache. Como nos resultó curioso conocer que no hubo existencia de joyas específicas para llevar en periodos de luto, investigamos un poco más y esto es lo que hemos descubierto: En este periodo poetas y artistas exaltan el duelo, la muerte y el amor trágico, se espera por parte de la mujer que exteriorice el dolor por la périda, así que no es de extrañar que en la moda también haya cambios, y es que es en esta época en la que ir de luto deja de significar no seguir las directrices de la moda. ![]() Fue la Reina Victoria de Inglaterra la que al morir el príncipe Alberto en 1861 declara luto oficial en el país, y dicho luto le acompañará hasta su propia muerte en 1901, 40 años más tarde. Las mujeres victorianas más pudientes de la época se apresuraron a imitarla y llevar luto negro en sus ropas ante la muerte de un familiar. Fue también la Reina Victoria la que puso de moda las "joyas de pelo" que estaban realizadas con oro y cabello de la persona fallecida. Como ya hemos comentado, era primordial diferenciarse, distinguirse, por ello, durante el luto, las mujeres de clase baja podían hacerse el traje de algodón o teñir un traje de negro y a las de clase alta se les permitía llevar la última moda siempre que fuera en seda o lana de color negro. A los trajes de luto se les acompañaba con un velo de crepe negro que llega hasta la altura de la cintura o de las rodillas. En 1901, después de la muerte de la Reina Victoria se da comienzo al periodo Eduardiano, y en gran parte el mundo se sacó el luto con su fallecimiento. Del miriñaque al polisón![]() Los miriñaques o criolinas se utilizaron en la época del romanticismo y estuvieron presentes hasta la invención de los polisones, que estuvieron acompañando a las mujeres hasta 1889. Aunque parezca increíble, los miriñaques daban libertad a la mujer; llegando a 1850 las faldas aumentaron cada vez más y para lograr este efecto eran necesarias tantas capas de enaguas como la mujer pudiera llevar. Los miriñaques eran una estructura de aros metálicos con forma ovalada, unidos con tiras de algodón que se sujetaban a la cintura de la mujer, y daban volumen a toda la falda; aquellas que se podían permitir un miriñaque grande necesitaban sirvientes y horas para poder vestirse. En la peli "Lo que el viento se llevó" podemos ver abultadas faldas gracias a los miriñaques que se llevaban en la época. Un anuncio en la Ilustrated London News de 1865 ensalzaba las ventajas de los miriñaques: "Estas bandas como olas son tan perfectas que una señora puede subir las escaleras, apoyarse en una mesa, dejarse caer en un sillón, sentarse en una butaca de la ópera y ocupar la parte de atrás de un carruaje sin molestias para sí misma ni para otras personas y sin dar pie a comentarios desagradables de quienes la miran". El tamaño de las faldas llegó a ser tan exagerado que dos mujeres con miriñaque no podían entrar juntas en la misma habitación o sentarse en el mismo sofá, fue una cuestión práctica la llegada del polisón. Los polisones, "más cómodos", daban forma a la parte posterior de la falda únicamente, también iban sujetos a la cintura y el armazón se hace con ballenas, que hacen que los aros sean más flexibles y que permiten que la mujer pueda sentarse, ya que al hacerlo los aros se juntaban como lo haría un acordeón. En el área didáctica del Museo del Traje es posible probarse un polisón. Todos los vestidos que se muestran a continuación y que están expuestos en el Museo del Traje, tienen debajo polisones: Para acabar esta sección y ya el post os dejamos unas caricaturas de la época sobre miriñaques y polisones Y hasta aquí llega mi parte, la moda cambió, afortunadamente, y mucho, como nos contarán Paloma y Marian en las siguientes crónicas de la visita y las mujeres poco a poco se liberaron de estrictos códigos de etiqueta. |
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CRONICA DE LA VISITA GUIADA AL MUSEO DEL TRAJE. PARTE II
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